Carta abierta enviada por Bárbara Toledo Millaguir, Educadora de Párvulos. Comenzaré esta historia, contándoles que hace un tiempo, realicé una demanda interpuesta en el juzgado de Panguipulli, en la cual no se llegó a juicio, por un acuerdo entre ambas partes, pero para mí todo lo realizado fue de ganador, ya que no me quedé de brazos cruzados dejando que vulneren mis derechos como docente. Esta demanda decidí realizarla debido a mi despido, el cual fue de una manera poco transparente y con un doble discurso de por medio, en donde posteriormente busque respuestas sensatas de parte de la corporación de educación, las cuales no obtuve, ya que como les comentaba, solo hubo un doble discurso, sin reconocer que estaban vulnerando mis derechos al estar despidiéndome por una razón injustificada, la cual les contare a continuación.
Bueno esto es lo que me pasó a mi como Educadora de párvulos, en donde llevaba dos años trabajando para una escuela rural del sector de Melefquen, de dependencia de la Corporación municipal de Panguipulli, cuando a fines del año 2017 me llama la encargada de la escuela (Directora) y me dice que lamentablemente no podré seguir trabajando el otro año, por no cumplir con el perfil que necesita la escuela y que es “El captar matrícula”, dicho literal por ella, aquí quiero detenerme un momento y explicar que significa muchas veces el captar matricula, captar matricula significa, salir a los distintos hogares del sector haciendo un puerta a puerta como tipo promotora y salir también a sectores del campo, donde a veces se camina entre dos a cinco kilómetros para llegar a un hogar donde hay una posible matricula y donde además pueden ocurrir accidentes que no están cubiertos por la Achs, ya que por supuesto no es una función de un docente el captar matricula, también realizar reuniones extras para hacer propaganda de la escuela con presentaciones de lo que se realiza en ella, entrega de dípticos con información que algunas veces no se cumple por parte de la corporación de educación, hacer llamadas con discursos de venta y desde el teléfono personal, a muchas madres y padres con posibles hijos en edad preescolar, y esto se hace en general tanto dentro como fuera del horario laboral.
Entonces volviendo al punto anterior, toda la responsabilidad de la matrícula de la escuela estaba en mis hombros, de lo contrario tendría que haberse despedido a otros docentes, cosa que no fue así, ya que me sacrificó solo a mí por la baja matricula de la escuela, es decir era mi culpa, era mi completa responsabilidad.
A todo esto quiero agregar lo más insólito, y fue que días antes, exactamente 5 días, me había mandado a llamar, por la evaluación de fin de año que realizan los directores, en donde me había dicho que seguía trabajando en la escuela, con evaluación firmada por ambas; contar también que el día que me despidió, fue el penúltimo día laboral de la planta docente, el 28 de diciembre, y salíamos de vacaciones el 29, así sin previo aviso, así con el tremendo portazo en la cara. Fue una situación bastante confusa, que en su momento no supe asimilar, obviamente estaba muy afectada, además causo profundo dolor en mi a 5 días de mi matrimonio, sentí un menoscabo, por haberme hecho sentir vulnerada y poco valorada, por despedirme por no haber cumplido labores y expectativas que no me corresponden por ley y que no deben hacer los docentes. Después más tranquila, comencé a pensar y preguntarme el porqué de este cambio de decisión 5 días después; un día me dicen que sigo, y otro día que no, habiendo firmado en mutuo acuerdo mi evaluación de fin de año. A esto agregar que el día en que la directora me comunica que ya no seguiré en la escuela, ella cambia y agrega observaciones a mí evaluación, (Yo me entere después) sin mi consentimiento y obviamente firmada solo por ella, la que posteriormente envía a la Corporación de educación de Panguipulli y la que es recibida finalmente por el director, el cual respaldo esta situación, pues obviamente él también fue parte de la decisión de desligarme de mi lugar de trabajo.
Pase todo enero sin tener claridad de si en marzo tendría trabajo o no, busque respuestas, pero en la corporación no me las dieron. Recibí la carta de despido de la corporación de educación la primera semana de febrero y ahí supe que no tendría trabajo, primero porque en la carta decía literal, que mi contrato no sería renovado y traía otro punto más abajo que no me esperaba y que de verdad me sentí muy pero muy menoscabada, ya que decía literal, que “mi contrato no sería renovado por la deficiente calificación de parte de la dirección”, se preguntaran pero deficiente calificación en qué, si mi evaluación de fin de año tenía solo puntos competentes y destacados, a claro se me olvidaba, verdad que en la oficina me había dicho que no seguiría, ya que necesitaba a una educadora que capte la matrícula para la escuela, es decir a la corporación le importa más captar matricula a que un docente cumpla su rol de educador, que es el enseñar; yo podría haber descuidado mi labor profesional que es planificar, evaluar, reuniones de apoderados, consejos de profesores, reuniones de equipo, etc, pero haber realizado una excelente propaganda de matrícula para la escuela y quizá ahí no me hubieran despedido, reflexione, claro si por lo que me despidieron fue por eso.
Envié una carta al alcalde con copia al director de educación con todo lo que había pasado y recién ahí, a fines de febrero me recibió el director de educación, yo esperaba que me devolviera mi trabajo, por el despido injustificado, pero no fue así, ya que nunca recibí su apoyo y solo tapo toda la injusticia que se había cometido conmigo, ofreciéndome otro trabajo a una distancia muy larga de donde yo vivía, en ese momento ya no quería tener nada más que ver con la corporación de educación y sus injusticias, fue una decisión que tome ese día, ya que a unos días después recibí una llamada, con una oferta de trabajo de la misma corporación, en una escuela que se encontraba cerca, pero yo ya no sentía nada de confianza con mi empleador, ya que no me devolvió mi trabajo, y nunca reconoció la injusticia y menoscabo cometido hacia mi persona, ¿Con qué seguridad podría seguir trabajando? Si ya me habían despedido, y ahora solo porque yo golpee la puerta ahí me ofrecen un trabajo, si no hubiera hecho nada, nunca me hubieran dado una respuesta.
Bueno al tener esta conversación muy decepcionante con el director de educación, fue ahí cuando tome la decisión de realizar la demanda, no podía dejar pasar esta vulneración y menoscabo.
En el preámbulo del juicio no olvide lo que le dijo el juez al abogado de la corporación, casi como llamándole la atención, y que realmente me hizo sentir apoyada, ya que le dijo “La función de un docente no es captar matricula, que le quede claro!!” frase que no me esperaba y me hizo sentir muy bien en ese momento de incertidumbre.
Ahora me encuentro trabajando en una escuela del Magisterio de la Araucanía que me ha acogido muy bien y donde se respetan mis derechos como docente, aquí no tengo la presión de andar captando matricula, solo me piden cuidarla, y me siento tranquila haciendo mi trabajo el cual es “Educar y enseñar”.
Quiero ir finalizando esta carta con las siguientes interrogantes:
¿Es función de un profesor/a, en mi caso Educadora de párvulos, captar matrícula para su escuela? ¿Recae en los profesores la tremenda responsabilidad de hacer propaganda para su escuela o muchas veces hacer un puerta a puerta para que más niños se matriculen en la escuela en la cual se desempeñan como docentes? ¿Además de tratar de lograr que los niños adquieran los objetivos propuestos en el curriculum y saber todo lo que conlleva detrás el poder lograr esto, además debemos como docentes y sobre todo educadoras de párvulos, hacer cosas extras para captar la matricula que se nenecita en una escuela? ¿De quién es realmente esta responsabilidad? ¿Recae nuevamente más y más tarea y agobio en los docentes?
Finalmente quiero agradecer a todos quienes me apoyaron en esto y que incluso arriesgaron su estancia laboral, son personas que al igual que yo, repudian las injusticias, pero que muchas veces callan por miedo a perder su empleo; bueno y otras que no callan nada; cada una de esas personas saben quiénes son, agradecer al abogado que me apoyo y que me hizo tomar buenas decisiones finales, a mis padres, intachables y dedicados empleados públicos, que trabajan por la comuna de Panguipulli, por sus sabios consejos, y en especial agradecer a mi esposo quien desde el principio me dio todo su apoyo incondicional.
Espero con esta situación, marcar un precedente para todos aquellos funcionarios que cada fin de año se sienten vulnerados y obligados a realizar labores que no les corresponden y en las cuales nadie se responsabiliza en caso de que sucediera algo en el camino.
Por esto docentes, quiero terminar con un lema, que al parecer, muchas veces se grita en las marchas, pero que en la vida real se olvida, y depende solo de nosotros que este lema se haga vivo en el día a día de nuestra labor.
“Hasta que la dignidad se haga costumbre” ….Queda mucho aún!!
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