En ámbitos que suelen tomarse más en serio que la educación formal, como los hospitales o el transporte aéreo, es inadmisible la participación sin estudios formales o especializaciones. Incluso es ilegal. Pero en el Ministerio de Educación de Sebastián Piñera da igual, la formación vinculada a la educación le parece irrelevante. El radicalismo y pituto ideológico importa más. ¡Ni siquiera un curso rápido del CPEIP!
Analizamos el perfil del actual Ministro de Educación y subsecretario. Dedicamos una línea a la formación profesional en educación de los nombrados, pues carecen de esta y no da para más. Y analizamos en extenso lo que sabemos de sus redes y verborrea opinativa en materia de educación, que ha conseguido inmerecida tribuna a punta de pituto ideológico (porque méritos en educación no tienen) en la red de medios de comunicación conservadores que adoctrinan a diario en la mercantilización de la educación, en el desprestigio sin fundamento de la educación pública y también en la endoprivatización y exoprivatización de lo público.
El perfil del comerciante-Ministro: La defensa de la libertad solo para hacer negocios se explica por sus intereses mercantiles y sus redes empresariales
El ministro ha manifestado por tiempo largo un desprecio por lo público y un amor apasionado por el mundo del capital privado. Natural, considerando las redes que ha construido en su trayectoria profesional. Según el Centro de Investigaciones Periodísticas (2018), “su expertise ha sido la representación de empresarios en la constitución, fusión y adquisición de sociedades. El suyo es el mundo de los negocios. En 1998 participó como abogado en la creación de cuatro sociedades de Iberoamerican Media Holdings Chile, cuando el Grupo Prisa aterrizó en el país. También asesoró a la Universidad Católica en la venta de Canal 13 al Grupo Luksic y en la negociación con Christus por la red de salud.
-Continúa informando CIPER-[…] El Diario Oficial es generoso en la entrega de información sobre su participación en trámites empresariales. […] El Diario Oficial registra dos sociedades […] que registran movimientos hasta 2010: Inversiones Los Galgos y el Instituto Tecnológico del Salmón. Tras la muerte de Felipe Cubillos, Varela se convirtió en su albacea. En Inversiones y Asesorías El Navegante, la sociedad familiar de Cubillos, Varela quedó facultado para realizar trámites administrativos en conjunto con alguno de los integrantes del clan familiar. […] En la UDI comentan que el nuevo secretario de Estado forma parte del círculo de amigos de Sebastián Piñera, con quien comparte veraneos en Cachagua. En ese balneario es un habitué desde hace décadas: forma parte del directorio del Club de Golf, cuya cuota de incorporación es de 1.200 UF ($31 millones al valor actual). […] Su trabajo junto a Felipe Cubillos levantando colegios en el sur de Chile no es su único nexo con la educación. También formó parte del directorio de Educa UC, una iniciativa afiliada a la Universidad Católica que administra diez colegios particulares subvencionados y particulares pagados en Maipú, Vitacura, Puente Alto, San Bernardo, Rengo, Los Andes, Paine, La Florida y Macul.
[…] el empresario Nicolás Ibáñez, es también quien sustenta la Fundación Para el Progreso, el think tank liberal que es dirigido por Axel Kaiser y donde Varela es secretario del directorio.[…]
Gerardo Varela también participa en otros directorios. Hasta hoy aparece como presidente de Soprole (ingresó al directorio en 2002 y ejerce como presidente desde 2010), representando los intereses de Fonterra, de los inversionistas neozelandeses que controlan la empresa de lácteos. En los directorios de Soprole (también participa en Sociedad Procesadora de Leche del Sur y Soprole Inversiones) es compañero de José Ramón Valente, el recién nombrado ministro de Economía, y de Tomás Walker Prieto, hermano de los senadores Ignacio y Patricio, del diputado Matías y del también nuevo ministro de Agricultura, Antonio Walke” (Centro de Investigación Periodística, 2018).
El hablamiento del abogado comercial Gerado Varela en Educación
Los derechos se pueden vender y negociar
“La educación es un derecho, aunque muchos no lo ejerzan y se mantengan en la más dulce de las ignorancias. La educación escolar, además, es una obligación para los padres. Pero la educación es también un bien económico; desde luego se puede comprar, se pueden contratar clases de inglés, música o matemáticas. Tiene un costo alternativo, pues si uno estudia, deja de trabajar y de percibir remuneración; lo que el Estado gaste en educación no lo gastará en vivienda o salud. La educación requiere inversión en infraestructura, capital humano y manutención. Cuesta caro proveerla, porque hay que pagar sueldos, mantener laboratorios, pagar luz, agua, calefacción, etc. Finalmente, la educación es un mercado donde los colegios y universidades compiten entre ellos por los mejores alumnos, por dar la mejor calidad y por mejorar la empleabilidad.
Este Gobierno cegado por la ideología ha despilfarrado plata focalizando gasto en el lugar equivocado; construyendo salas cunas que los padres no quieren usar; ha desatendido a más de 80 mil niños que dejan el sistema escolar; ha impedido divulgar mediciones de calidad que permitan comparar colegios; ha restringido el derecho de los padres a elegir el colegio y a que paguen para mejorar la educación de sus hijos (ambos son derechos humanos básicos que tiene un padre de elegir e invertir en la educación de sus hijos); ha expulsado al ahorro privado de la educación pública, donde se requiere con urgencia. La última tontera son las tómbolas. ¿A quién se le ocurrió la barbaridad de que es más justo seleccionar al azar los alumnos que en un proceso racional de selección y diálogo entre colegio y padres? La verdad es que la contribución de la Nueva Mayoría a la educación chilena es equivalente a la que hizo Idi Amín a los derechos humanos.
La solución para la educación no es la gratuidad ni la prohibición del lucro —y menos de la selección y el copago—, sino que el desafío es cómo seguir atrayendo inversiones, competencia y talento a un sector que la requiere con urgencia. Esto se logra con libertad para organizarse, libertad para financiarse y libertad para educar. El gasto público no debe focalizarse en los universitarios, sino que en los niños y especialmente en los más vulnerables, lo demás es demagogia y despilfarro.
El Estado debe asegurar un mínimo de calidad, ranquear a los competidores, hacer seguimiento a la empleabilidad y financiar con becas o préstamos a los que no tienen los medios. Pero lo peor es lo que ha hecho este Gobierno: negar a la educación su naturaleza de bien económico, limitar la autonomía universitaria, impedir su correcto financiamiento, desincentivar competencia y regalar plata a los universitarios, que serán los privilegiados de la sociedad.” (Gerardo Varela, 2017a).
Desprestigio sin fundamento de la educación pública y odio a la estabilidad laboral de Estatuto Docente
“A nivel escolar hemos mejorado y la iniciativa privada ha complementado a la educación pública de mala calidad. Así, los padres han podido elegir el mejor colegio para sus hijos y contribuir con recursos a una mejor educación. Incluso los niños más vulnerables cuentan desde 2008 con la subvención escolar preferencial que les da acceso gratuito a colegios con financiamiento compartido. Por eso no se entiende esta regresión ideológica sesentera.
Las recetas son parecidas a las fecas de palomas, a los sangramientos y laxantes. “¡Ningún peso del Estado puede ir a entidades con fines de lucro!”, dicen. ¿Quién inventó tamaña insensatez? El Estado siempre ha tratado con empresas privadas, desde el suministro de remedios a los hospitales hasta la construcción de infraestructura, pasando por todo el sistema de vivienda social. El Estado se abastece todos los días de empresas privadas con fines de lucro.
Un profesor presenta licencia médica al colegio fiscal en el cual trabaja en la mañana; pero va a trabajar puntualmente al subvencionado en la tarde. ¿Por qué? fácil: en la mañana el estatuto docente impide que le reprochen si hace mal la pega o lo premien si la hace bien. En la tarde lo pueden despedir o premiar según la calidad de su trabajo. ¿Cuál es la solución? Confiamos no sea aplicarles a todos el estatuto docente.” (Gerardo Varela, 2014).
Se especula en el mundo de las tertulias políticas que Varela es un Ministro con falla programada o fungible, puesto allí para entretener y ser cambiado pronto. Se usará por un tiempo hasta que se proteste; también es probable que sea parte de una estrategia de negociación del futuro gobierno: parecer un gobierno radical al principio y luego moverse un poquito hacia el centro, para dar la impresión que ha cedido. La estrategia, entonces, será no desviar la atención de los medios pidiendo cabezas, sino mantener la discusión centrada en la política educativa neoliberal y en los efectos sociales nocivos que estas provocan a las mayorías, en los procesos educativos y en la sociedad en su conjunto.
La red del subsecretario: el pituto ideológico funciona
Según la web de la poco transparente fundación privada Acción Educar [¿Quién la financia? ¿Por qué le invitan a opinar a los medios si no tiene formación especializada?], el subsecretario no tiene formación especializada en educación. Aprendió haciendo con Joaquín Lavín, el ministro de los semáforos SIMCE, que lo llevó al Ministerio como asesor durante el primer mandato de Piñera. Según la web de Acción Educar es “abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Máster en Derecho de la Empresa de la Universidad de los Andes. Fue Jefe de la División Jurídica y Jefe de Asesores del Ministerio de Educación, donde, entre otras materias, tuvo a su cargo la elaboración y discusión de los proyectos de ley en materias de educación escolar y superior. Ha sido profesor en la Facultad de Derecho de la Pontificia Universidad Católica y en la Universidad Andrés Bello. En esta última fue también Secretario Académico y Director de Postgrados”. Según El Mostrador, “Figueroa entró al Ministerio de Educación junto a Joaquín Lavín, cofundador junto a Cristián Larroulet de la Universidad del Desarrollo. Fue jefe de la División Jurídica del ministerio hasta abril de 2011 y luego jefe de asesores en los períodos de Felipe Bulnes, Harald Beyer y Carolina Schmidt. Jugó un rol importante, junto a Harald Beyer en la cancelación de la personalidad jurídica y reconocimiento oficial de la Universidad del Mar.” (El Mostrador, 2018).
El pensamiento del subsecretario en educación
Defiende de los intereses mercantiles de universidades privadas y se opone a la gratuidad
“Insistir en la gratuidad universal como el aumentar el beneficio al 60% nos parece un error (…) La gratuidad no necesariamente garantiza mayor equidad”
“A medida que avanza, es más injusta porque se gastan recursos públicos en quienes pueden solucionar su problema económico por otros mecanismos, y además genera un impacto negativo para el sistema de educación superior, afectando la autonomía de las instituciones y la calidad de los proyectos como consecuencia del déficit financiero que genera”.
“La gratuidad universal es una política regresiva, ineficiente y que genera efectos contrarios a los deseados tanto en calidad como en equidad. Además, restringe la autonomía y la diversidad del sistema, lo que repercute directamente en la posibilidad de escoger de los estudiantes” (El Dínamo, 2018).
Defiende la posibilidad de lucro oculto mediante alquiler de inmuebles de los sostenedores
“La obligación que se impone a los colegios de ser dueños de los inmuebles donde operan es en extremo absurda. Lo que hace es obligar a desarrollar determinadas inversiones que no son fundamentales para el mejor desarrollo de sus proyectos educacionales”. (El Dínamo, 2018).
No le importa la segregación escolar, defiende el mercado y la libertad de elección
“Las familias tenían la capacidad de elegir entre distintos proyectos, aportar a el mejor desarrollo de los proyectos educativos, un sistema diverso, la necesidad de sistema que no toca techo… todos son conceptos muy arraigados en la ciudadanía y las políticas que se han comprometido, con consignas que suenan muy bonitas, lo que generan son efectos negativos en cosas que los chilenos aprecian. Los cambios no son lo que el sistema necesita ni lo que espera la gente”. (El Dínamo, 2018).
Defiende el inmovilismo en materia de Reforma a la Educación Superior
“La ley está muy lejos de ser lo que el país necesita para el desarrollo de su educación superior”
“Si hay que aventurar un escenario futuro, pasaremos a tener un sistema de educación superior más bien mediocre, donde las posibilidades de desarrollo de las instituciones se verían limitadas a las condiciones económicas del Fisco y a los vaivenes de la política económica”.
“No es que las instituciones vayan a desaparecer, pero van a ver con mucha dificultad sus posibilidades de máximo desarrollo, y eso nos va a llevar a un sistema que no va a estar en condiciones de responder a las necesidades de los jóvenes”,(El Dínamo, 2018).
Se opone al fortalecimiento a las Universidades Públicas porque perjudica el negocio de las universidades privadas
“No me parece correcto es darle un trato preferente a esas universidades que implica una discriminación arbitraria a los alumnos que asisten a otras instituciones de igual o mayor calidad, los que se ven perjudicados porque los recursos públicos son destinados a un proyecto específico – como son las universidades estatales- sin una razón que lo justifique”. (El Dínamo, 2018).
Comentarios finales
No hay que dejarse engañar por los disfraces de moderación. En síntesis, para este dream team de mercaderes de la enseñanza la educación es una mercancía, el estado debe favorecer la privatización y retirarse para no estorbar a los nobles emprendedores que desean hacer un bien al país. El Estado debe retirarse pero ofrecer ayuda para que la formación se focalice en asuntos que sean útiles solo para el mundo del trabajo y la productividad, para que los emprendedores puedan ofrecer un tipo de escuela privada, liceo privado o Universidad privada adaptada a cada bolsillo. El Estado debe facilitar el adoctrinamiento religioso desde el centro educativo. Y para que el negocio vaya bien, la educación pública financiada solidariamente, inclusiva, democrática debe ser desprestigiada con la evidencia para bobos de las pruebas estandarizadas sin contextualizar. Su potencial como espacio de encuentro y aprendizaje en la diversidad, sin barreras económicas, debe quedar fuera de juego cuanto antes para que el negocio privado vaya bien.
Sebastián Piñera se disfrazó de moderado para ganar en segunda vuelta, siguiendo las instrucciones del manual para ganar elecciones en sociedades ignorantes, y mantuvo tapado el apoyo de radicales liberales y conservadores en educación. Por el radicalismo neoliberal y la defensa absoluta de la libertad para hacer negocios en educación de Gerardo Varela (futuro Ministro aficionado a la Educación) y Raúl Figueroa Salas (futuro subsecretario aficionado a la educación) probablemente mucha menos gente le hubiese votado. Pero bueno, la crisis del modelo de representación en política viene justamente de eso que hacen los políticos para ganar elecciones: disfrazarse en campañas políticas y luego una vez que se les ha votado intentar desarrollar su agenda auténtica, esa que se puede inferir de las trayectorias personales, profesionales y sus redes de apoyo.
Sin duda es un peligro que perfiles tan vinculados al mundo privado administren lo público, pues la historia lejana y cercana nos enseña que tales perfiles optan por usar el Estado para favorecer los intereses de sus redes de apoyo y coaliciones políticas. Los nuevos radicales de la libertad y el capital, aficionados sin formación especializada en educación, llegan al Ministerio de Educación en Chile. Sus declaraciones y trayectorias profesionales representan serias amenazas de más endo, exo-privatización y una alt probabilidad de entrar en un proceso de retroceso en el derecho a la educación pública, inclusiva, emancipadora y democrática en todos los niveles del sistema formal.
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