Chile se encuentra en un momento clave confirmado casi por unanimidad en el plebiscito de octubre. Votar fue solo el comienzo, porque ahora iniciamos un proceso para repensar el país, comenzamos a repensar y redactar una nueva constitución. ¿Qué deseamos escribir en la constitución sobre el sistema educativo? Tengo claro que no quiero que la escriban los mismos que han profitado de privilegios y redes de poder desde la dictadura a la fecha. No quiero que la constitución la escriban las iglesias dueñas de escuelas o los sostenedores que han explotado y maltratado docentes y que usan el dinero público para reproducir, por ejemplo, la negación de libertades de la mujer. Tampoco quiero que la escriban los Megasostenedores de escuelas y liceos que hacen y deshacen profitando del marco de inestabilidad laboral y desempoderamiento docente. No quiero que la escriban los señores y señoras de la industria de la medición educativa.
Participa tú también. Envíanos tu texto sobre la nueva constitución y educación y lo publicamos. Puedes subirlo directamente a la web creando una cuenta o envialo a escuelasjusticiasocial@gmail.com y lo publicamos. #ComunidadEJS
Problemas en el sistema educativo en los últimos 30 años
Antes de iniciar esta gran tarea que guiará el país por muchos años, necesitamos identificar y definir algunos elementos claves del escenario actual. Esta breve entrada propongo describir y sintetizar algunos problemas del sistema educativo en Chile que han sido demandas de algunos movimientos ciudadanos durante la democracia como herramienta para comprender el escenario, como una base de mínimos para ayudarnos a pensar colectivamente la que será nuestra constitución, especialmente en los aspectos que definen las reglas de base de la educación en todos sus niveles.
Creo que deberíamos asegurarnos que la constitución garantice al menos cuatro principios:
- El derecho al bienestar de los trabajadores de la educación, disminuyendo la actual carga horaria y el agobio laboral.
- El buen aprendizaje, entendido como el desarrollo de aprendizajes diversos y complejos, sin adoctrinamientos religiosos, promoviendo el pensamiento, crítico para la participación democrática y el valor de la diversidad cultural.
- Garantizar el gobierno democrático y compartido de los centros educativos y eliminar hasta ahora la figura del sostenedor, que se ha construido como amo y señor de la educación, como patrón de fundo, y que está detrás de varias situaciones de vulneración de derechos tanto a estudiantes como a profesionales de la educación.
- Garantizar el acceso gratuito a la educación pública, sin exclusiones, en todos los niveles educativos, incluido la educación superior. Pues la base de nuestro desarrollo futuro y la construcción de un buen vivir está en la formación de todos, no solo de una minoría y no solo en la formación orientada a fines profesionales.
Demandas posicionadas por las revoluciones de estudiantes
El movimiento estudiantil de 2006 y de 2011, primeros pasos de lo que vemos hoy, gritó en las calles que la educación fue convertida en un mercado y un negocio y que esta venta está construyendo una sociedad desigual, un chile feo. Y estoy de acuerdo, no quiero que la nueva constitución permita comerciar con la educación desde el nivel inicial hasta el universitario. Quiero una constitución que garantice que la educación se financie colectivamente a través del estado y no mediante el pago individual de cada familia.
En aquella época un liceo en lota se inundaba por la lluvia. Esa fue la chispa que inició la movilización. Yo quiero una constitución que garantice la inversión pública en infraestructura educativa en todas las comunas del país. En comunas como Lota, por ejemplo.
El movimiento de 2011 demandó reformar el acceso a la educación superior. Estoy de acuerdo. Quiero una constitución que cambie el lenguaje, que no permita que el acceso a la educación superior y sus cedazos PSU o cualquier nueva prueba sea el principio de la certificación de las desigualdades. Quiero una constitución que garantice la transición y la diversificación de la educación superior y a lo largo de toda la vida, para que nadie quede fuera.
Demandas desde los feminismos
Desde el movimiento feminista escuchamos las demandas por una educación no sexista y toda la complejidad que esto significa. Una educación que deje de demonizar los derechos reproductivos y la educación sexual. Una educación que en sus proyectos educativos aborde la negación de derechos, la violencia machista, la igualdad de género y de reproducir el currículo patriarcal. Un sistema educativo que apoye la construcción de masculinidades no tóxicas ni violentas. Quiero una constitución que garantice que el bienestar de las mujeres y todas las definiciones de género y preferencias tengan espacio y sean respetadas en el sistema educativo.
Demandas desde los pueblos originarios y los derechos lingüísticos
Desde los movimientos de pueblos originarios escuchamos la demanda de incluir los relatos no chilenos de la historia. Nos alertan de la necesidad de preservar el patrimonio lingüístico del territorio garantizando múltiples lenguas de enseñanza y producción de conocimiento. Quiero una constitución que apoye con recursos y permita garantizar el potencial de la diversidad lingüística en el territorio.
Demandas posicionadas por los profesionales de la educación
Un sistema educativo no puede funcionar quemando docentes año tras año. La alta tasa de deserción documentada en Chile es un síntoma de una educación de mercado diseñada para que profesionales de la educación sean explotadas hasta el cansancio. Desde el colegio de profesores y las comunidades docentes escuchamos sobre el agobio laboral y una carrera docente organizada como carrera de obstáculos y estresor adicional y no como herramienta de mejora. Quiero una constitución que impida el malestar laboral de docentes y garantice el bienestar de los profesionales de la educación mientras realizan su actividad.
Demandas de los movimientos a favor de la evaluación para mejorar y contra la estandarización educativa
La dictadura y luego los partidos de la democracia favorecieron la entrada de dispositivos inútiles para el mejoramiento educativo pero muy rentables para la industria de la medición educativa. Movimiento contestado por diversas comunidades educativas y académicos por los efectos nocivos que genera. Quiero una constitución que defienda la diversidad de aprendizajes y una evaluación orientada a la mejora.
Y seguro que he dejado fuera muchas cosas. Estoy seguro que después de 30 años de educación de mercado ya sabemos, al menos, aquello que no queremos.
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