Los sistemas de medición educativa, como las pruebas SIMCE en Chile, las pruebas Aprender en Argentina o las pruebas SER en Ecuador, van de la mano con la creación de estándares de aprendizaje para direccionar autoritariamente a grandes grupos de personas, la enseñanza y sus aprendizajes. Se hace desde un poder central, en perjuicio de los intereses de las comunidades locales. Para que la mayoría los acepte se dice que son formas infalibles de mejorar y asegurar la calidad educativa. ¿Pero cuáles son las limitaciones y los efectos dañinos de esta ideología escolar? ¿Se puede confiar en los estándares en educación? ¿Qué esconden?
¿Quiénes y desde qué intereses construyen el estándar?
El primer problema que el estándar esconde es la diversidad de intereses formativos de las/los participantes del sistema educativo. Un estándar suele conformarse por un consenso de un pequeño grupo de autodenominados expertos, con acceso e influencia en las esferas de poder, y que desde una posición centralista y urbanocéntrica define en abstracto un constructo normativo. Un estándar esconde la diversidad de saberes que existen en el territorio.
¿Qué selección de conocimiento está dentro y cuáles quedan fuera?
Entendamos conocimiento en sentido amplio (saberes, contenidos, lenguas, habilidades, actitudes, destrezas, competencias). Estandarizar implica elegir y expulsar conocimientos. ¿Qué conocimientos dejar fuera? Seguro existen múltiples respuestas, pero para la estandarización solo existe una construcción única para tod@s. Esto es un atentado terrorista contra la diversidad de intereses y visiones. Lamentablemente en los procesos de estandarización educativa solo participa una minoría con poder, quién decide basado en sus intereses y cosmovisión lo que es valioso y lo que está devaluado. La participación propositiva de las comunidades locales no es considerada. En la estandarización educativa en Latinoamérica, por ejemplo, se ha perjudicado el conocimiento propio de las comunidades indígenas, configurándose la estandarización educativa como una herramienta de colonización interna, de epistemicidio curricular y genocidio lingüístico. Afortunadamente la estandarización puede ser (y está siendo) resistida.
¿Por qué se han puesto de moda los estándares?
Si el estándar se usa en conjunto con pruebas de papel y lápiz, junto a normativas que imponen presiones, premios y castigos, es una forma tristemente efectiva para direccionar autoritariamente la enseñanza, direccionar hacia algunos aprendizajes y devaluar saberes e identidades consideradas peligrosas o no deseables. Las élites que controlan los estados nacionales han visto en esta tecnología psicométrica una forma eficaz de hacerse con el control totalitario del sistema escolar, direccionando a niñ@s, jóvenes y profesionales hacia sus esferas de interés (el desarrollo económico, la productividad, la identidad nacional, un relato único de la historia, la sumisión política, etc.). Las vidas de las/los ciudadanos nunca antes habían sido tan masivamente dirigidas a través de la escolarización, en directo perjuicio de las comunidades con visiones diversas que no tienen acceso al poder.
Los estándares se crean bajo un representación-teatral en torno a un discurso de comisión de expertos con autoridad, que han sido construidos bajo un supuesto amplio consenso, envueltos en un discurso de mejora de la calidad. Esta teatralización en los medios de comunicación contribuye a que emerja una falsa emoción de seguridad.
¿Los estándares nos dan seguridad de que las cosas se están haciendo bien? La emoción de seguridad que evoca el estándar en l@s participantes del sistema educativo desactiva el pensamiento crítico y favorece la sumisión en la mayoría. Dejamos de pensar el currículo. El estándar va acompañado casi siempre de sanciones y premios para presionar a que sean seguidos, con lo cual se aumenta el costo personal de la resistencia. Aún así, es posible.
Sin embargo la seguridad que ofrece el estándar es una ilusión construida por las/los defensores de esta ideología reduccionista. Pero no es verdad que cumplir con los estándares de aprendizaje nos asegure eso que llaman éxito. El conocimiento crece y se complejiza de forma más rápida que la capacidad de los estandarizadores para actualizarlos. Sin actualización, con cada nuevo día que pasa, el estándar representa una porción menor del conocimiento construido por la humanidad, y el número que suele asociársele vale menos.
El estándar también impone un tiempo de consecución
Los estándares imponen un tiempo de consecución artificialmente construido. El estandarizador asigna (¿Basado en qué?) un tiempo estático para conseguirlo. Por ejemplo, al terminar el curso X los estudiantes deben aprender Y. Los resultados en las pruebas estandarizadas demuestran que la imposición temporal es adecuada para ciertos grupos sociales pero no para otros. Los estandarizadores defienden su ideología aduciendo que ellos definen el estándar con altas expectativas para presionar a que se consiga más aprendizaje. Sin embargo, sabemos que las personas y grupos sociales aprenden a diferentes ritmos o en su comunidad tienen otros conocimientos o otros intereses que el estándar considera desechables.
Ejemplos actuales
El direccionamiento autoritario del estándar se puede vislumbrar en la definiciones que han construido algunos Ministerios Educativos en Latinoamérica, en donde esta ideología de la estandarización ha sido introducida por la Unesco, el BID, el Banco Mundial, Universidades y ONGs-educativas, a través de modelos de incidencia en los estados nacionales. Comparto algunas definiciones que estoy coleccionando:
Ministerio de Educación Nacional de Colombia: un estándar educativo “son criterios claros y públicos que permiten conocer lo que deben aprender los niños, niñas y jóvenes, y establecen el punto de referencia de lo que están en capacidad de saber y saber hacer, en cada una de las áreas y niveles. Son guía referencial para que todas las instituciones escolares, urbanas o rurales, privadas o públicas de todo el país, ofrezcan la misma calidad de educación a los estudiantes de Colombia” (Ministerio de Educación Nacional de Colombia, s.f.).
Ministerio de Educación de Ecuador: “Son descripciones de los logros de aprendizaje esperados de los estudiantes y constituyen referentes comunes que deben alcanzar a lo largo de su trayectoria escolar”. (Ministerio de Educación de Ecuador, s.f.).
J. Cassasus (1997), del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de La Calidad de La Educación, expone que: “Los estándares son construcciones (constructos teóricos) de referencia que nos son útiles para llevar adelante acciones en algún ámbito determinado. Estos constructos son elaborados y acordados entre personas con el conocimiento y la autoridad para hacerlo. Son informaciones sistematizadas y disponibles que nos dan una sensación de seguridad en nuestro accionar cotidiano […] los estándares se construyen para generar acciones que conduzcan a la implementación de tareas para alcanzarlos. […] los estándares pueden operar efectivamente como instrumentos para la acción, sólo si se les confiere autoridad a las personas que tienen la responsabilidad de elaborarlos y al resultado de su trabajo. […] estándares se ubican en el ámbito de las sensaciones y de las emociones. Es decir la sensación y la emoción de seguridad. […] La emoción principal que se evoca en este tema, la que hace posible que los estándares puedan operar con fuerza movilizadora, es la emoción de la confianza.”
Ministerio de Educación de Chile (2013): “Los Estándares de Aprendizaje son referentes que describen lo que los estudiantes deben saber y poder hacer para demostrar, en las evaluaciones SIMCE, determinados niveles de cumplimiento de los objetivos de aprendizaje estipulados en el currículum vigente. Buscan responder la pregunta acerca de qué tan adecuados son los aprendizajes de un estudiante, en un curso y asignatura determinados.
Los Estándares de Aprendizaje se elaboran basándose en el currículum vigente y se asocian al instrumento mediante el cual es evaluado su cumplimiento, en este caso, las pruebas SIMCE.
Los Estándares de Aprendizaje comprenden Niveles de Aprendizaje con sus requisitos mínimos y puntajes de corte. En nuestro sistema educacional, los niveles de los Estándares de Aprendizaje son:
Adecuado
Elemental
Insuficiente
Nivel de Aprendizaje Adecuado
Los estudiantes que alcanzan este Nivel de Aprendizaje han logrado lo exigido en el currículum de manera satisfactoria. Esto implica demostrar que han adquirido los conocimientos y habilidades básicos estipulados en el currículum para el periodo evaluado.
Nivel de Aprendizaje Elemental
Los estudiantes que alcanzan este Nivel de Aprendizaje han logrado lo exigido en el currículum de manera parcial. Esto implica demostrar que han adquirido los conocimientos y habilidades más elementales estipulados en el currículum para el periodo evaluado.
Nivel de Aprendizaje Insuficiente
Los estudiantes que quedan clasificados en este nivel no logran demostrar consistentemente que han adquirido los conocimientos y habilidades más elementales estipulados en el currículum para el periodo evaluado.”
Referencias
Cassasus, J. (1997). Documentos. 3. Estándares en educación: conceptos fundamentales. Laboratorio Latinoamericano de La Calidad de La Educación. Recuperado de http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001836/183652s.pdf
Ministerio de Educación Nacional de Colombia. (s. f.). ESTÁNDARES EDUCATIVOS. Recuperado 31 de julio de 2018, de https://www.mineducacion.gov.co/1621/article-79409.html
Ministerio de Educación de Chile. (2013) Estándares de aprendizaje de 4º Básico.
Ministerio de Educación de Ecuador. (s. f.). Estándares de Aprendizaje – Ministerio de Educación. Recuperado 31 de julio de 2018, de https://educacion.gob.ec/estandares-de-aprendizaje/
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