La evaluación y la carrera docente chilena es un mal chiste. Si el tema fuera exclusivamente evaluarse para ganar más lukas, ¿para qué quedarse en educación? Se gana más plata en otros lados. Problema mundial. El tema es gigante: la evaluación docente chilena no impacta en los aprendizajes de los estudiantes, no está ayudándonos con retroalimentación para mejorar nuestro trabajo, no fue consensuada de verdad con las bases; además puede falsearse, se sobrecarga a un docente que ya está agobiado porque escasea el tiempo no lectivo, obedece a 2 leyes diferentes, redujo instrumentos; la carrera docente ignora perfeccionamiento de todo tipo (el magister no vale, un doctorado no vale), no se articula con formación de pregrado, es punitiva, es opaca porque esconde las pautas de evaluación (pero te castiga si tú, profesor, no transparentas las pautas de evaluación con tus alumnos. ¡Vaya incoherencia de mierda!).
El profesorado debe manifestarse, proponer, crear sus propias políticas. Y no hablo de quedarse en lo establecido que poco impacto tiene (Colegio de Profesores, Asociaciones en Facebook, Grupo de Whatsapp, Firma mi petición, Etc). Las mejoras en educación no vendrán de los partidos políticos alternándose el poder. Tenemos que ir un paso más allá.
El profesor debe dejar su desunión y debe entender que es un agente en la toma de decisiones del país, que puede proponer y crear políticas y así contribuir a la calidad que hace falta a la educación de nuestro Chile.
Mi intención con este texto es que comencemos un grupo, un espacio de creación y propuestas de políticas educacionales a partir de la visión de los profesores donde desarrollemos nuestro rol de agentes de educación. Somos los profesionales más cercanos a los problemas del sistema, mucho más que los expertos de escritorio. Somos creadores, no consumidores ni sólo aplicadores de políticas educativas, métodos creados por supuestos expertos. ¿Te sumas? Reunámonos, conversemos y veamos que podemos hacer en el grupo abierto de la Comunidad EJS.
Deja una respuesta