Casi siempre quienes hablan de líderes y liderazgo educativo en Chile lo hacen citando estudios realizados en otros países. Además quienes hablan de liderazgo evitan hablar de democracia escolar o gobiernos escolares democráticos y no son críticos con los problemas de la organización escolar actual. Y, lamentablemente pero de forma intencional, usan como sinónimos la palabra líder y la palabra director en varias ocasiones. Se les ve el plumero conservador. ¿Las evidencias? Hay un montón de evidencias en los discursos de las webs de los nuevos centros de liderazgo pedagógico en Chile, el CEDLE y Líderes Educativos, creado solo para quienes ejercen cargos jerarquicamente superiores o desean ejercerlos (equipos directivos, directores y otros jefes). Ver por ejemplo esta publicación en construcción, presentada ya en un evento académico. Este discurso y política de liderazgo conservador, solo para directivos y jefes, autoritario, es coherente con el autoritario modelo de escuela-fábrica-empresa legalizado en Chile.
Este texto reflexivo-divulgativo es un producto del proyecto de investigación libre y abierto Autoritarismo y maltrato contemporáneo en los centros educativos: proyecto de investigación libre y abierto . Participa tú como investigador o informante. Si deseas participar como informante envía un relato y/o documentos que consideres necesarios para que sea analizados en esta investigación a escuelasjusticiasocial@gmail.com Puedes hacerlo en forma anónima, si quieres, y tu nombre será mantenido en reserva y no se publicará.
Entonces, cuando ellas y ellos dicen liderazgo o liderazgo pedagógico, el lector debe entender o imaginarse a un director o a un docente que aspira a un cargo directivo o a ser jefe de algo. El liderazgo es para quienes están en la cúspide de la pirámide. La política de liderazgo no es para docentes de aula, a menos que aspiren a salir de ella y dedicarse a cargos directivos. Además esta política de liderazgo solo para directivos se acompaña con medidas para aumentar el poder formal del director modificando leyes. Hay evidencias escritas por los propios autores de la política. Por ejemplo, en el documento oficial de la política de liderazgo puede leerse cómo se ha trabajado para modificar leyes y cambiar el rol del directivo, originalmente un cargo centrado en lo administrativo, para transformarlo en un todopoderoso gestor administrativo y pedagógico del centro que incluso puede y debe supervisar y evaluar la práctica de los docentes en las aulas y remover al 5% peor evaluado (ver, por ejemplo, página 4-6 de este texto, POLÍTICA DE FORTALECIMIENTO DEL LIDERAZGO DIRECTIVO ESCOLAR 2014-2017, producido por el Mineduc). En cambio, los docentes no pueden evaluar al director o al sostenedor. A eso le podemos dar un nombre: desequilibrio intencionado de poder en la organización escolar. ¿Quién decidió que fuera así?
Para quienes defendemos una escuela o liceo concebido como comunidad de aprendizaje democrática, libre de autoritarismos directivos, docentes y estudiantiles, esto nos parece un grave error. Se construye una organización que favorece malas prácticas de directivos, se favorece el desempoderamiento y la sumisión de los docentes de aula sometidos por el miedo a ser mal evaluados, no renovados o despedidos o tildados de conflictivos. Planteo algunas preguntas: ¿Qué pasa si estos super-líderes (superdirectores), dotados de poder formal, se equivocan? ¿Puede la comunidad educativa evaluarlos? ¿Puede la comunidad educativa destituirlos con mecanismos no judiciales y democráticos? ¿Puede la comunidad educativa conducir su proyecto educativo y elegir a sus líderes o coordinadores?
Los líderes se equivocan y mucho. Y hay evidencias en todas partes del mundo. Usan el poder hacia sus intereses personales. Lamentablemente, las organizaciones educativas concebidas como escuelas-fábricas-empresas no tienen mecanismos internos para ponerles freno porque no son de la comunidad, son del sostenedor, eufemismo chileno para dueño de la escuela o liceo. Por ejemplo, en una investigación titulada El Lado Oscuro del Liderazgo (Blase y Blase, 2002) el autor y la autora recogen evidencia de dolorosas y dañinas prácticas del maltrato de directivos escolares a las/los docentes en Estados Unidos. Los docentes fueron maltratados por sus jefes durante un largo periodo de tiempo. A partir de las entrevistas, los investigadores crearon un listado de conductas de líderes y directivos según el nivel de agresividad en tres niveles. Muchas de estas categorías son reconocibles en algunos directivos y sostenedores chilenos: La tabla originalmente en inglés, muestra de menor a mayor agresividad estas prácticas: Nivel 1, indirecto y moderadamente agresivo; Nivel 2, directo y de agresividad creciente; Nivel 3, directo y severamente agresivo. Ver tabla 1 para más detalles. ¿Te suenan conocidas algunas?
Tabla 1. Conductas de directivos escolares según nivel de agresión según Blase y Blase (2002)
Nivel 1 Conductas de Maltrato en Directivos de Centros Educativos (indirecto, moderadamente agresivo) |
Despreciar los pensamientos, necesidades y sentimientos de los docentes |
Ignorar |
Insensibilidad personal |
Obstruccionismo/bloqueo |
Aislar y abandonar docentes |
Controlar la interacción docente a docente |
No apoyar a docentes en las interacciones difíciles con estudiantes y padres/madres/apoderados |
Retener recursos y negar aprobación, oportunidades y crédito |
Retención de recursos y denegación de la aprobación |
Obstaculizar las oportunidades de desarrollo profesional |
Retener o robar el mérito |
Favorecimiento “selectivo” de docentes |
Conducta personales ofensivas |
Nivel 2 Conductas de Maltrato en Directivos de Centros Educativos (directo, agresión creciente) |
Espionaje |
Sabotaje |
Robo |
Destrucción de ayudas a la enseñanza del docente |
Solicitud de demandas/exigencias irrazonables |
Sobrecarga |
Críticas por cuestiones insignificantes |
La crítica: La forma ubicua de comportamiento de Nivel 2 |
Críticas en privado |
Estigmatización y etiquetado peyorativo |
Crítica intencionalmente vaga |
Cotilleos |
Crítica infundada de terceros |
Solicitar que otros critiquen |
Críticas en público |
En la recepción |
En reuniones de profesores |
En el aula |
A través del intercomunicador |
En el comedor |
En el pasillo |
En el estacionamiento |
Nivel 3 Conductas de Maltrato en Directivos de Centros Educativos (directo, severamente agresivo ) |
Mentir |
Comportamiento explosivo |
Amenazas |
Reprimendas injustificadas |
Evaluaciones injustas |
Maltratar a los estudiantes |
Obligar a los profesores a dejar sus puestos de trabajo (reasignación, transferencia unilateral, despido) |
Impedir que los maestros abandonen o avancen |
Acoso sexual |
Racismo |
Fuente: Traducción propia a partir de Blase y Blase (2002, p. 686).
Y en Chile, como es de esperar por su modelo piramidal y autoritario de escuelas-fábrica-empresa, también pasa. Hace poco, con motivo de una investigación de tesis doctoral me sorprendí cuando docentes me contaron la ocurrencia de prácticas de autoritarismo y violencia escolar similares en Chile. Algunas de estas prácticas son: el nepotismo organizacional, control ideológico sobre las/los docentes, eliminación de docentes críticos mediante no renovación o despido, sin importar su buen desempeño profesional. Y actualmente en un proyecto de investigación libre y abierto en proceso, también hemos recibido relatos de prácticas autoritarias de sostenedores y directivos, que puedes leer en este enlace. Un problema que tiene al menos dos caminos de análisis: la cultura directiva y de gestión en Chile y el marco legal que les avala.
Es un hecho que Chile ha apostado por una política de organización escolar autoritaria centrada el superpoderoso director. Se desprecia la inteligencia colectiva al servicio de la toma de decisiones en igualdad de estatus de la comunidad educativa. La democracia escolar y la toma de decisiones vinculante no interesan para nada. En este marco, el liderazgo es una herramienta que viene a reforzar esta apuesta de una pequeña red política-ac, bien financiada por los dineros del Mineduc, el Banco Mundial y el BID, que ama el modelo de escuela-fábrica-empresa y aborrece la democracia escolar. En ninguno de sus libros la mencionan. Una pregunta para finalizar: ¿Pueden las visiones de educación democrática compatibilizarse con el liderazgo y empoderamiento autoritario de directivos en Chile? Difícil, la educación democrática está derrotada legal y culturalmente en Chile. Los académicos están más interesados en colocarse y encontrar un trabajo en los centros de liderazgo y la academia, reproductora del orden piramidal y autoritario, que en construir comunidades de aprendizaje democráticas. Por ahora, bien poco se puede hacer en la educación obligatoria formal. A menos que un directivo o sostenedor o el BID o el Mineduc nos den permiso.