En esta entrada analizo brevemente las iniciativas de normas ya aprobadas por la comisión, el consejo constitucional y el comité técnico de admisibilidad. En mi análisis constato que nada hay nuevo en el texto redactado por la derecha chilena, inspirada por el santo espíritu de Pinochet. El proceso constitucional actual confirma los temores de muchos en materia educativa: refuerza el mercado de la educación, define las reglas del juego para continuar con los proyectos educativos religiosos de iglesias-sostenedores.

Un derecho a la educación para cada cliente y en función de su situación económica

Este texto recoge el derecho a la educación solo como un título y lo despoja de su poder transformador de sociedades. Los artículos redactados lo vacían de su contenido y lo acomodan al proyecto político de la derecha de crear un mercado de la educación y facilitar la difusión de proyectos religiosos con subvenciones públicas. Al parecer, los diezmos y ofrendas no son suficientes y ahora se requiere la ayuda del Estado. [Te puede interesar el artículo Datos 2018: Los sostenedores privados con más establecimientos educativos en Chile]

La derecha construye su visión de mercado de la educación incluyendo en la constitución el derecho de consumo educativo de los padres. Les presenta como clientes a quienes el Estado debe proteger lo que se ha construido como derecho a elegir, un derecho que en la práctica opera de manera relativa siempre y cuando las familias tengan el dinero para poder ejercer su elección. Esta es una pieza clave en el modelo educativo de la ultra derecha en Chile, un modelo que permita vender educación, en coexistencia con el Estado, y en donde el rol de apoderados y  estudiantes es el rol de elegir y consumir educación. En materia educativa, el Estado se subordina a la familia. Esta cuestión también es problemática, porque es sabido que la idea de familia de las derechas suele limitarse a la idea de familia judeo-cristiana, y si bien existen otras formas de constituir familias, están han sido históricamente contestadas y no tienen cabida en la educación formal [Te podría interesar leer “Nicolás tiene dos papás”: el libro para niños preescolares que causa revuelo en Chile]:

17. c)Se reconoce el derecho y el deber preferente de las familias de escoger la educación de sus hijos o pupilos, atendiendo su interés superior. Corresponderá al Estado otorgar especial protección al ejercicio de este derecho.

El texto constitucional propuesto también busca continuar con el modelo segregacionista de la educación chilena creando la base para la existencia de tres sistemas educativos paralelos que respondan a los diversos tipos de clientes. Este sistema que ya existe actualmente en Chile ha contribuido a más de 30 años de segregación escolar y sin duda es una de las causas profundas de la polarización de nuestra sociedad. Un sistema privado para los ricos y las clases altas, un sistema particular subvencionado para las clases medias y un sistema educativo público para las clases bajas que no tienen mayores recursos. Diríamos, al leer el texto actual, que la segregación social no es un problema para los constituyentes actuales.

El texto constitucional propuesto también insiste en el modelo de mercado para la reproducción de visiones religiosas, muy lejos de concebir la educación pública y financiada por el Estado como un espacio de convivencia Laica. De esta forma, se introduce un segundo concepto constitucional clave para la derecha: la libertad de enseñanza, que da origen a un título aparte. Un principio ya presente en la actual constitución del dictador Augusto Pinochet. En su forma actual de redacción este artículo permite a todas las denominaciones religiosas que operan como sostenedores en Chile a utilizar fondos públicos para llevar a cabo sus proyectos educativos no laicos. Ninguna mención respecto a un modelo educativo Laico que preserve a la nuevas generaciones de la imposición de visiones religiosas en las aulas de clases:

31. La libertad de enseñanza.
a) Las personas tienen el derecho de abrir, organizar, mantener y desarrollar establecimientos educacionales, sin otra limitación que las impuestas por las buenas costumbres, el orden público y la seguridad de la Nación.
b) La enseñanza estatal y la reconocida oficialmente no podrán orientarse a propagar tendencia político partidista alguna. […]

Después de leer los artículos relacionados con la educación,  tengo la impresión de que el Estallido social no ha existido y que esta comisión solo escucha a su sector, un sector que defiende el continuismo de la dictadura en materia educativa, la educación de mercado con sus valores individualistas y la construcción de un sujeto post-capitalista y la ética judeo-cristiana a través de los proyectos educativos religiosos como marco único para desarrollar un proyecto de vida.

Miguel Stuardo-Concha

Miguel Stuardo Concha es profesor e investigador actualmente vinculado a la Universidad CY Cergy París, como director de la formación Licencia Profesional Trilingüe Comercio y desarrollo sustentable. Doctor en Educación y Máster en Calidad y Mejora de La Educación por La Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Profesor de Castellano y Comunicación y Licenciado en Educación en la Universidad de La Frontera, Chile. Investiga sobre mejora escolar, educación y justicia social, acogida de estudiantes migrantes, investigación libre y abierta y enseñanza del español como segunda lengua. ¿Te gustan las publicaciones de Miguel? Tal vez te interesa financiar su trabajo independiente con una microdonación y hacerlo sostenible. Donar via Mercadopago aquí -O- Donar via Paypal acá. https://orcid.org/0000-0003-2617-0035