Hoy en día muchos jóvenes y estudiantes no usan condón en sus relaciones sexuales. Aumenta el VIH en Chile según las estadísticas y las organizaciones especializadas (ver enlace). ¿Preocupa tanto como el puntaje y ensayos SIMCE en los establecimientos? Parece que no, según las evidencias. ¿Por qué podría estar pasando esto? A lo mejor parte del problema son las presiones del dispositivo SIMCE, en donde no se mide la habilidad de ponerse el condón ni tus capacidades para no contagiar ni contagiarte; no se mide la educación sexual, y por ende es más cómodo ceder a la presión externa del SIMCE y dejarla de lado o hablar muy poco. Irrisorio, bizarro, déjame desarrollar la idea.
Se prefiere gastar el tiempo ensayos SIMCE o talleres de repetición y reforzamiento que en educación sexual, porque se da puntos a la memorización de habilidades y contenidos para la prueba que viene ahora en octubre (ver por ejemplo las capturas de pantalla que adjunto, observadas en redes sociales esta semana). La motivación para estas acciones, falta de reflexión docente y pérdida del sentido común son las presiones del dispositivo basado en el puntaje SIMCE instalado por los autodenominados expertos. Observo en grupos de profesores un montón de evidencias que se hace eso hoy en día y se hizo durante esta semana.
Debato permanente con gente que se disfraza de defensor de la calidad educativa al defender el SIMCE, pero en su establecimiento participa y avala que se haga ensayos, talleres y reforzamientos con mucha mayor frecuencia que actividades permanentes y regulares de educación de la afectividad y la sexualidad, un tema mucho más significativo para las y los jóvenes que muchos objetivos, habilidades y contenidos SIMCE. ¿Qué está pasando colegas? ¿Dónde dejamos la reflexión y el análisis? ¿Somos soldados de la Agencia del SIMCE o y de los decretos del Mineduc? ¿O trabajamos para los estudiantes? Soy un convencido de que las escuelas pertenecen a la Comunidad. No son del sostenedor, no son del director, no son de UTP, no son del Mineduc, no son del Municipio, no son de las congregaciones religiosas. Son de las comunidades que participan en ellas. Lamentablemente en Chile estamos lejos de comunidades de aprendizaje democráticas.
Muchos defensores de la medición SIMCE, dispositivo que no aporta información útil para la toma de decisiones docente en los establecimientos, defienden el empobrecimiento y estrechamiento curricular. Un problema que perjudica, entre muchos otros, aprendizajes vitales, la educación de la afectividad y la sexualidad.
Decisiones como la programación curricular y las actividades de enseñanza [decidir perder tiempo en ensayos, talleres o reforzamiento en lugar de construir un currículo con los intereses y problemas de las/los estudiantes] parecen intrascendentes y no directamente conectadas con los problemas contemporáneos fuera de la escuela. Pero hacer o no hacer puede poner en peligro la vida de las personas o contribuir a un mejor vivir. Tomamos decisiones tan importantes como los médicos pero al parecer el dispositivo SIMCE no nos deja darnos cuenta y nos tiene prisionera la reflexión y práctica docente.